Por Malixpek
*Sus alevosos movimientos parecen indicar que es ella la que está en campaña
Resulta imposible pasar desapercibido el tema, pero la pregunta redunda en el arrebatado comportamiento de la titular del Instituto Quintanarroense de la Mujer (IQM) Blanca Pérez Alonso, quien en plena víspera del proceso electoral anda moviendo sus fichas para ganar adeptos, como si fuese ella la que estuviera en campaña.
Y es que en las últimas semanas ha ganado a pulso el mote de “chile de todos los moles”, pues acude a cuanto evento pueda aunque éste nada tenga que ver con su ramo, por el simple hecho de salir en los primeros cuadros de las gráficas que ilustran las páginas de los medios de comunicación.
Todo parece indicar que el llamado de su “jefe político” parece importarle un comino a Pérez Alonso, pues a unos días de arrancar el proceso electorero ya fue dada la línea de guardar compostura, de mantener quietud al interior del sistema que hoy alberga un sinnúmero de figuras del tricolor, para que éste no se vea afectado con posibles actos que violenten las leyes electorales.
También se conoce que ha sostenido encuentros con sectores sociales, y no precisamente para acercar a estos los programas del IQM, sino para incrementar su nutrida falta de simpatía, por lo que es obligado el preguntarse ¿A qué aspira?
Y no conforme con mover las aguas entre la gente común, también se le ha visto muy cercana con aquellos representantes de los medios de comunicación que son “sus amigos”, incluso ha trascendido que el próximo lunes 30 de este mes marzo, sostendrá una reunión a las 9 de la mañana con el “selecto” grupo de reporteros y periodistas, a quienes agasajará con un “modesto desayuno” en el restaurant del hotel Grand Marlon de Chetumal.
De su parte, sería por demás inaudito pretextar que en ambos espacios de la sociedad este moviéndose para beneficiar a quienes hoy figuran ya de manera oficial como candidatos de su partido a la diputación federal, ya que es bien sabido que Blanca mantiene una marcada distancia con la abanderada por el Distrito 02, dado que la directora del IQM es conocida por tener diferencias con políticos de su género, pues les ve como rivales potenciales.
Este comportamiento, sin duda aterrizará en un “jalón de orejas” desde el segundo piso de Palacio de Gobierno, sino es que le cuesta el cargo. Y lo anterior es en razón a que la orden para todos “los hijos de papa mayor” fue mantener lejanía de los reflectores a partir del día 23 de marzo, y más aún cuando los actos públicos nada tengan que ver con las respectivas encomiendas de sus dependencias.
Sería bueno recordarle a la señora Blanca Pérez Alonso, que el cuadro que engalana su oficina no está de adorno sino para recordarle que hay un jefe al que debe respetar, y que al interior de su instituto quedan muchas asignaturas pendientes aunque falta mucho por hacer –por ejemplo- para erradicar la violencia hacia la mujer en Quintana Roo, que primero hay que cumplir la encomienda para pensar en lo que sigue, y ella deja mucho que desear en cuanto al rendimiento de sus funciones; así como el procurar la unidad entre las de su género.
¿A que le apuesta la titular del IQM? ¿Será acaso que pretende jugar con Sansón a las patadas? ¿Acaso su objetivo es terminar como aquellos políticos que hoy el sistema ve con desprecio por su anticipada alevosía?