Por Mario Castillo Rodríguez
Las omisiones y constantes ausencias de quien ostenta el cargo de presidente municipal en Benito Juárez, hoy lo ponen en la cuerda floja del ajedrez político que se acomoda con miras a relevar a Roberto Borge Angulo.
Paul Carrillo de Cáceres, ha cacareado a los cuatro vientos ser quien tome la estafeta a la salida del mandatario en turno, pero su actitud soberbia, soez y petulante, hoy lo mantiene al margen de las preferencias de la sociedad, incluso de aquellos que están en turno compartiendo la encomienda estatal.
Así es, al mal querido munícipe le pasó lo que al ex gobernador Joaquín Hendricks Díaz, quien fue balconeado por su entonces esposa la señora María Rubio, pues mientras Quintana Roo era presa de una contingencia meteorológica por huracán, el señor le daba rienda suelta a sus bajas pasiones con una centroamericana fuera de tierras mexicanas. Esto le ganó a la primera dama el estado ser diagnosticada “loca” por el ex mandatario, incluso fue removida de la presidencia del DIF estatal.
La noche de ayer, durante la rueda de prensa ofrecida en Palacio de Gobierno para informar respecto a la ya degradada depresión tropical número 9, el secretario de gobierno, Gabriel Mendicuti Loría no desperdició la oportunidad de balconear al soberbio edil benitojuarense.
El responsable de la política interna del gobierno estatal, en la lectura del informe de las afectaciones en cada uno de los respectivos municipios, lo hizo a través de un listado de acuerdo al nombre de la demarcación y su respectivo alcalde, omitiendo el nombre de Carrillo de Cáceres, ante la notoria insolvencia del titular benitojuarense, quien se muestra siempre ajeno a los temas sensibles y de importancia para sus gobernados.
Y es que al hablar de Tulum, Mendicuti Loría nombró a David Balam; a Gabriel Carballo, por Felipe Carrillo Puerto, pero al llegar a Benito Juárez declaró ante la prensa ahí presente que el reporte de las afectaciones había sido recibido directamente del secretario del ayuntamiento, José de la Peña Ruiz de Chávez, poniendo en la línea de fuego por su ausentismo e irresponsabilidad al subversivo Paul.
Lo hecho por Mendicuti Loría, debe ser capitalizado por el alcalde cancunense para ponerse las pilas, pero al ser de conocida actitud es más probable que se declare en guerra contra el Secretario de gobierno –o también lo catalogue como loco-, que asumir su irresponsabilidad para enmendar ese y otros problemas que han quedado en el limbo a causa de las constantes ausencias de quien dice gobernar el municipio de Benito Juárez. Es un secreto a voces, pero todos en el edificio de la avenida Tulum, saben que a Paul Carrillo no se le encuentra en su despacho ni de día ni de noche, hay un evidente y alarmante vacío de poder.
Mucho se habla también de un José de la Peña como el poder tras el trono de Paul Carrillo, y esto el primer edil se lo ha ganado a pulso, pues aún y cuando el Secretario General del Ayuntamiento también tiene cola que le pisen, ha hecho lo propio para salir al quite cuando se desaparece el guía de la manada.
También se rumora por los pasillos de los constantes viajes al extranjero con cargo a las arcas del ayuntamiento, o de reuniones con empresarios turísticos de gran élite, obviamente no de trabajo sino para los amarres que le permiten al edil cancunense darse la vida por demás desahogada que hoy goza gracias a la impunidad y la evidente corrupción que priva en su demarcación, y que en lo va de su administración muchas veces ha salido a la luz pública a través de los medios impresos y digitales.
No obstante, los arrojos de Paul parecen no tener límite y sigue montado en su trastornada intención de ser gobernador de Quintana Roo, aun y cuando sea del dominio público que sea un simple adorno de la mesa del juego político que hoy tiene lugar en el municipio de Benito Juárez.
Valga la redundancia, Carrillo de Cáceres grita y cacarea que él será el relevo en 2016 y para ello dice contar con el respaldo de fuertes figuras, aunque éstas sean de segundo nivel y hoy, al igual que él estén tan desinfladas como la simpatía que les prodiga la sociedad quintanarroense en la zona norte.
En fin, dicen que de ilusiones vive el hombre, pero habría que recordarle a Paul Carrillo que los proyectos políticos se construyen, que la suerte como las oportunidades no siempre llegan dos veces, al menos no con esa actitud de distancia que mantiene con los cancunenses, ni mucho menos con omisiones e irresponsabilidades en la encomienda. Por si no lo recuerda, eso no es lo que propuso a cambio de ser favorecido en las urnas.