*Pseudo defensor de los campesinos “no da paso sin huarache”
*Se llevará la tajada mayor de un pastel de cerca de 60 millones de pesos
Cuan equivocados estábamos al pensar que el diputado local Juan Manuel Herrera por fin daba respuesta y atención a los hombres del campo, ya que en los últimos días se le ha visto muy movido en Chetumal acompañado de un nutrido grupo de ejidatarios bacalarenses.
Raro se nos hizo verlo entrar con alrededor de 10 gentes al oneroso restaurante de comida bufet ubicado frente a Villas Manatí –entre otros a los que acudió a ‘saciar su hambre’- ya que este personaje no acostumbra pagar grandes cantidades por comida, mucho menos cuando se trata de invertir en apoyo a los sectores menos privilegiados.
La realidad es que el pseudo defensor de los campesinos “no da paso sin huarache”, sus intereses tienen la mirada puesta en una muy buena suma de dinero que dejará el caso de Teléfonos de México que ha causado enorme polémica, ya que este poderoso corporativo de comunicación en el país perdió un litigio agrario con el ejido Aarón Merino Fernández, razón por la que el Tribunal Federal Agrario autorizó a los miembros de dicha agrupación a embargar la central Telmex Chetumal, para asegurar 53 millones 670 mil 600 pesos que les adeuda dicha compañía propiedad de magnate mexicano Carlos Slim
Y es aquí donde Juan Manuel Herrera ya saborea la mayor tajada del acaudalado pastel que dejará este caso en el que están en juego cerca de 60 millones de pesos, no sólo por el hecho de ser presidente del comisariado de dicha agrupación ejidal, sino porque el perdió en cuestión donde Telmex instaló una antena hace más de 30 años es nada más y nada menos que de su propiedad.
Hablando un poco del asunto, dicha empresa de telefonía instaló en el año de 1984 una antena en el predio propiedad del “flamante legislador” ubicado a un costado de la carretera Bacalar-El Cafetal, tiempo en el que nadie le dio la debida importancia, pues no fue hasta 2006 cuando Telmex bloqueó las entradas al terreno en disputa por lo que el “humilde productor agrícola” busco la manera de accesar a su posesión, y fue aquí cuando empezó este polémico asunto ya que la empresa acusó al ejidatario de despojo, robo y daño en propiedad ajena solicitando incluso un castigo con cárcel por 30 años en su contra, por lo que el ejido inició a la par un procedimiento legal que hoy ha tenido un final favorecedor.
Lo cierto es que de todo este embrollo, Juan Manuel Herrera se llevará su buena lana gracias al respaldo de los ejidatarios bacalarenses, a los que trae de arriba abajo para que hoy lo apoyen, para que –igual que en campaña- el día de mañana les reparta las miserables migajas que está acostumbrado a dar a los campesinos, tal y como lo ha hecho en estos meses que ha estado mal ocupando una curul en el Congreso del Estado.
¡Ahora sí mezquino diputado!, ahora sí que le hizo justicia la revolución para poder recuperar el dinero que invirtió en su campaña, y para pagar las deudas que la búsqueda del poder le ocasionaron. Ya podrá gritar de nuevo a los cuatros vientos –como lo ha hecho desde que le entró de lleno a eso de las altas esferas de la política-, que su trabajo en la XIV Legislatura no le genera ninguna retribución económica, al menos no como “ambiciosamente esperaba”.