Bien dicen que la humildad es una virtud que desde el nacimiento traen algunos humanos y no se adquiere con estudiar en las mejores escuelas del orbe, tal caso se aprecia con el presidente municipal de Bacalar, José Alfredo Contreras Méndez, quien además de fungir como primera autoridad municipal, también se autodefine como su chofer y guarura, y si faltara algo más, también utiliza su vehículo para darle un aventón a los pobladores de las comunidades rurales.
Honor a quien honor merece y ahora debemos reconocérselo a citado político, porque así como también elpuntosobrelai cuestionó varios de sus actos como máxima autoridad municipal, también debemos resaltar este tipo de acciones que es difícil de encontrar hoy en día entre la clase política.
Desde que fungía como regidor de OPB y después como diputado de la XIII Legislatura del Congreso del Estado teníamos conocimiento que el “Chepe” Contreras actuaba bajo esta norma, la misma que utiliza la gente común y corriente, la que rige tanto a un campesino como a un profesionista.
Aun cuando de antemano teníamos conocimiento del “extraño” o mejor dicho “poco común” accionar del Chepe Contreras como funcionario público, nos rehusábamos a creerlo, por lo regular nos imaginábamos que tales calificativos eran parte de una estrategia publicitaria y de imagen, pero hoy en día, una vez corroborado, tenemos que admitir nuestro error.
Horas o minutos antes o después de las 17 horas del jueves de la semana pasada veníamos (un familiar y yo) bajando de la comunidad de Francisco J. Mújica y pasando el poblado de Buena Esperanza vi que una camioneta gris (la del alcalde “Chepe” Contreras) se paró frente a una familia a quien minutos después subió a su vehículo.
Nuestra curiosidad (de mi familiar y mía) se incrementó, pensamos que lo hizo por quedar bien parado con los “paisas”, cosa que así debió ser, pero nos sorprendió que al llegar al poblado de Altos de Sevilla, la camioneta no se paró sobre la carretera, sino que se metió hasta el domo deportivo de citada comunidad para bajar a la familia que subió minutos antes.
Estábamos perturbados, principalmente yo porque –hasta ese día- tenía una mala imagen del “Chepe” Contreras. Era tal mi ansiedad por querer saber a fondo de la acción que hizo el alcalde de Bacalar que estacioné mi automóvil y fui a buscar al padre de la familia que radica en Buena Esperanza.
Grande fue mi sorpresa cuando Don Francisco Tinah me aseguró que sólo conocía de vista al “Chepe” Contreras, que nunca lo había saludado físicamente y nunca se imaginó que él les daría el aventón.
“No sabíamos que era el presidente municipal, mi hijo fue el primero en reconocerlo. Es una buena persona porque a pesar de tener dinero nos subió a su camioneta”, expresó el señor Francisco.
Ante tal situación y recorriendo al sentido social que por ética debe tener el periodismo, transcribimos tal acción.
Ojalá esta forma de hacer política sea imitada por los otros presidentes municipales, los 25 diputados que integran la XIV Legislatura y los cientos de secretarios, subsecretarios, directores generales y delegados que ambulan a lo largo y ancho de Quintana Roo.
Porque si algo queda grabado en la mente de los humanos es la humildad que demuestren sus servidores públicos.