Bacalar.-Enfrascado en consolidar sus guajiros y por demás ambiciosos proyectos políticos patito de llegar a la Presidencia Municipal de Bacalar o de perdido ocupar la diputación local que hoy arrastra por los suelos Juan Manuel Herrera, el oficial mayor Edie Ruperto Borges Rosado e hijo prodigo de Francisco flota Medrano, juega en un terreno espinoso que en un futuro no muy lejano le arrojará costosas facturas que incluso podrían costarle el cargo que hoy ostenta.
En aras de figurar en los más altos niveles de la política del décimo municipio quintanarroense, el maestro desertor de las aulas ha puesto en marcha una campaña de consolidación entre la sociedad a través de su embestidura dentro de la comuna, sin importarle que en la osadía de ganar adeptos a cambio de míseras canonjías haga uso de recursos públicos para cumplir el objetivo de enaltecer su incipiente imagen.
Y es que casi todos los días se le puede apreciar por las comunidades de Bacalar repartiendo apoyos, haciendo reuniones con delegados y subdelegados inclusive en horas de trabajo, descuidando su encomienda y delegando responsabilidades a sus subalternos, aún y cuando estos carecen de las capacidades que implica la Oficialía Mayor como órgano rector del derrotero del municipio y sus actividades.
No obstante, las diferencias que este mantiene con la mayoría de los que integran el grueso directriz del ayuntamiento -entre ellos el tesorero Omar Musa Escalante y el propio secretario general Normando Medina Castro-, han dejado en evidencia que Edie Borges juega del lado contrario, es decir, por el ala izquierda donde se cocinan planes alternos al de un trabajo en equipo y que hablan de la nula capacidad y disposición para poder consolidar un proyecto de gobierno que transite conjuntamente en beneficio del colectivo social como lo establece la política encabezada por el primer munícipe de dicha demarcación.
Creyéndose ya dueño absoluto de la situación en la zona rural, en su anticipada y alocada campaña, Edie va estableciendo compromisos de comunidad en comunidad a cambio de simpatías, que de primera mano comprometen los pocos recursos con los que opera el municipio de Bacalar, y que por ende aterrizarán en una carga mayúscula para la actual administración municipal.
Sin duda, un costo político que en el error de hacer proselitismo barato podría revertir lo hasta hoy alcanzado en Bacalar a base de esfuerzo entre los tres órdenes de gobierno. Bien valdría al ambicioso y arrebatado oficial mayor poner los pies sobre la tierra y entender que antes de correr hay que aprender a gatear, sobre todo cuando se está en pañales en el plano político, y cuando el desaseo aflora en su encomienda.
Bien valdría al soñado Borges Rosado“tener las tablas suficientes para responder a su palabra”, pero es evidente que en su juego adelantado ha establecido compromisos que “no puede cumplir”, y que sin temor a equivocarnos tendrá un efecto dominó a la hora que se le caiga el teatrito, a la hora que la gente exija los dividendos que hoy ofrece de puerta en puerta cual mendigo de amor político.
Los ciudadanos ya no son “borregos” que se dejan llevar a la primera de cambios, y eso se le ha olvidado al emigrado maestrito, como se le ha olvidado que hasta hace unos meses su cabeza en el ayuntamiento estaba en la cuerda floja ante la inminente llegada de una Reforma Educativa que exige a los profesores regresar a las aulas o renunciar a la docencia para entrarle de lleno a la grilla.
Así es, cegado por la ambición, Borges Rosado optó por la manera más cómoda de hacer dinero, por la vía más aterciopelada de acceder a un mejor nivel de vida tirando por la borda esa noble profesión de educar que por años le dio el sustento.
Ni que decir de su mancuerna en este “proyecto patito”, el síndico municipal Luis Ernesto Silveira Gómez, que no canta tan mal las rancheras a quien dedicaremos mención aparte en entregas futuras ya que éste mantiene una serie de “bisnes” con el oficial, que les han dejado jugosos dividendos económicos dentro del ayuntamiento.
Valga la redundancia, al oficial mayor más tarde que temprano le saldrá el tiro por la culata, faltará ver como transcurren los días, faltará “enfocar los reflectores” hacia este deplorable personaje que sin duda lejos de abonarle a la causa, le va haciendo mella al trabajo en equipo. Lo demás queda al tiempo, porque sin duda estimado lector, aún hay más.