Por Mario Castillo Rodríguez
Chetumal.-Si bien es cierto que las redes sociales se han convertido en uno de los medios de expresión e información con los que más se identifica la sociedad en su conjunto, eso no significa que la moral y las buenas costumbres pasen a segundo término, tal y como lo hace la maestra con licenciatura Zuemy Argelia Chí Medina.
Oriunda de la comunidad de Muna, pero ejerciendo la docencia en una escuela secundaria de la cabecera municipal de Felipe carrillo Puerto, la “damita” en cuestión ha demostrado desenfreno al hacer públicas sus bajas pasiones, lo que pone en entredicho sobre manera la figura de la educación a la que el sector magisterial representa.
Padres de familia de dicha ciudad, han manifestado su inconformidad ante este medio de comunicación por cómo se conduce de manera pública la mentora, y exigen a las autoridades educativas de Quintana Roo representadas en la figura de José Alberto Alonso Ovando, tomen cartas en el asunto ya que es insultante que personas como ella estén al frente de un aula, dado que “es un mal ejemplo para los jóvenes y jovencitas en formación”, indicaron.
“Por personas como ella es que los maestros son puestos en tela de juicio, es por esa razón que la desconfianza se agudiza. Pedimos a la SEyC no deje pasar esta petición pues de lo contrario tomaremos otras puertas para expulsar de las aulas a gente del nivel de Zuemy Chi, que enturbia la labor de otros profesores, y expone la educación de nuestros hijos”, sentenciaron los inconformes padres de familia que se dirigieron a nuestra redacción.
Y es que en días pasados la profesora subió a la red social denominada Facebook una fotografía donde deja ver el lenguaje y la conducta vulgar de la que acostumbra hacer uso sin importar (primero) que representa a toda una institución, y (segundo) que debe procurar ser ejemplo de quienes reciben academia de su persona.
Lo peor, es que en su actuar desenfrenado no midió que la fotografía que expone a los miles de usuarios de la red con la frase “Foo rastreras”, “Ahora sí listas para comprar vergas”, afectaría a quienes se encontraban posando en la gráfica. Y no obstante, en su arrebatada conducta entra en discusión grosera con alguien de su misma familia, sin importar también ponerse en evidencia pública.
Bastaría recordarle la maestra Zuemy, que en Felipe Carrillo Puerto la gente gusta de las buenas costumbres y de conservar la moral, y que si su manera de ser por sus adicciones al alcohol u otras sustancias –como así le señalan- le causan este tipo de problemas; sano sería que se someta a tratamiento de profesionales, o en su defecto que se dedique a otro tipo de vida donde pueda demostrar sus dotes de vulgaridad y desenfreno.